Un derrame de combustible, sin importar su tamaño, es una situación potencialmente peligrosa que debe ser acotada rápidamente y con un procedimiento estricto. No importa si estamos hablando de gasolina derramada al momento de surtir el tanque de algún vehículo o si el derrame ocurre al momento de descargar el tanque de suministro. En Nexoil, sabemos que actuar con rapidez y saber qué hacer ayuda a reducir los riesgos que devienen de un derrame.
La importancia de saber controlar un derrame de hidrocarburos radica en dos puntos generales: la seguridad de nuestro personal y la preservación del medio ambiente. Dependiendo del hidrocarburo derramado, el peligro de incendio o intoxicación puede ser mayor o menor, por lo que capacitar al personal previamente, así como consultar con un analista de riesgo la situación, es de suma importancia.
Por otro lado, al ocurrir un derrame de aceite, gasolina o lubricante, este puede generar efectos muy nocivos en los ecosistemas aledaños. Cuando este tipo de líquidos llegan a la tierra, la cubren de una película muy fina que inhibe el equilibrio ecológico que pueda darse en el lugar. En el agua, una cantidad muy pequeña de aceite es suficiente para contaminar cantidades gigantescas.
Hay muchos factores que pueden generar un derrame, desde válvulas defectuosas o desgastadas, hasta un error humano. La mejor forma de evitar un derrame es contar con medidas de seguridad que impliquen la revisión del equipo a ser utilizado, así como la capacitación del personal que utilizará el equipo. Sin embargo, es muy posible que eventualmente tengamos que lidiar con este tipo de accidentes, por lo que estar preparado es de suma importancia.
Al ocurrir un derrame, debemos plantearnos una serie de preguntas que nos permitan saber de qué forma debemos actuar:
¿Qué se derramó?
¿En qué cantidad?
¿En dónde ocurrió el accidente?
¿Cuál fue la falla?
¿Qué acciones se han llevado a cabo?
¿Hay fuego?
¿Puede llegar el derrame a las alcantarillas?
Estas preguntas las plantea la ingeniera María Eugenia Velasco González en su protocolo de acción. Ella también acota que, en caso de que el personal no pueda contener el derrame, se deberá acudir inmediatamente a los bomberos, así como evacuar el área entera. La última pregunta que plantea Velasco González también apunta a un punto bastante importante: la importancia de detener el derrame antes de que este llegue al agua.
Dejar que el derrame llegue siquiera a la calle puede constituir multas bastante fuertes, pero dejar que el derrame llegue al agua constituye también un peligro de contaminación y una fuerte afrenta al medio ambiente. La Revista de Seguridad Minera apunta que “en el caso que el derrame se produzca próximo a un cuerpo de agua, se debe prevenir la contaminación del mismo por el ingreso del hidrocarburo con la aplicación de diques o bermas de contención o utilizando material absorbente”.
Ante un derrame, tendremos siempre varias opciones para su contención. Está el material absorbente, por ejemplo, que es útil en tanto que, posteriormente, puede ser recogido manualmente con relativa facilidad. En mayores escalas, una berma de desviación construida a partir de los materiales que tengamos disponibles puede ser útil no solo para impedir el paso del combustible a zonas sensibles, sino también para desviarlo hacia algún punto en el que sea posible recuperarlo.
Hay que recordar que la mejor forma de actuar ante un derrame siempre dependerá de los materiales con los que trabajemos, así como del análisis de riesgo que realicemos, lo que nos permitirá tener a la mano los materiales mismos que nos permitirán mitigar el derrame, prepararlo para su posible recolección y evitar daños más severos al medio ambiente.
En Nexoil, por ejemplo, contamos con medidas de seguridad específicas que atañen al antes y después de un posible derrame. Antes de instalar un tanque, se tendrá que asegurar que no quede cerca de líneas de alta tensión ni de vías de tren. Una vez instalado el tanque, se contará con un dique que lo rodee, de tal forma que cualquier derrame pueda ser contenido inmediatamente. Asimismo, habrá que tener un extintor de CO2 o de polvo y arena contra incendios a la mano en caso de cualquier accidente. Para salvaguardar la integridad del tanque, cada 6 meses se deberá realizar una labor de mantenimiento. Estas medidas, aplicadas antes, durante y después de la instalación de un tanque, nos permiten mantenernos en un entorno laboral seguro.
Por eso es importante recalcar que la cultura de la prevención siempre será la mejor forma de evitar un derrame. Como acotación final, la ingeniera Velasco nos plantea una serie de recomendaciones a seguir para prevenir estos accidentes, entre los que se encuentran: tener armarios resistentes para minimizar grietas o quebraduras; mantener el orden de los productos de acuerdo al Peligro de sustancias; inspeccionar regularmente la integridad de los recipientes y del equipo en general; utilizar recipientes de tamaño adecuado para prevenir el sobrellenado de los mismos; usar bombas que nos permitan vertir los líquidos directamente en el recipiente; y asegurar los recipientes que contengan sustancias inflamables.
Los puntos a los que llegamos en este artículo son puntos que acotan distintas empresas y que conciernen a sus propios protocolos de seguridad. Si trabajas con hidrocarburos y te interesa saber cómo responder ante un derrame, la mejor opción será siempre preguntar por el protocolo de seguridad específico para tu empresa. Cada empresa lidiará con materiales distintos y por lo tanto tendrá distintas formas de responder a un derrame. Ante la duda, lo mejor es informarse.
En Nexoil queremos que tú y tu empresa se sientan seguros al momento de lidiar con este tipo de accidentes; si bien es mejor prevenirlos, la prevención no es excusa para la inacción, y hay que estar preparados para cuando ese momento llegue.